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¿Por qué te duele el brazo después de la vacuna COVID-19?
Cuando las personas están nerviosas, tienden a tensar los músculos. Por eso es especialmente importante mantener la calma mientras se vacuna. Tensar los músculos del brazo mientras se recibe la vacuna puede aumentar el dolor, así que respira profundamente y relaja los músculos.
Después de vacunarse, lo último que querrá hacer es mover el brazo. Sin embargo, un poco de movimiento ayudará a relajar el músculo y a limitar el dolor. Sigue utilizando el brazo y prueba a hacer algunos estiramientos sencillos.
Una compresa fría o una bolsa de hielo también pueden reducir el dolor y la hinchazón. Si te duele el brazo, una presión suave y fría puede ayudarte a encontrar alivio. Algunas personas también prefieren una compresa caliente, así que experimenta y elige lo que mejor te funcione.
Por supuesto, los analgésicos son la herramienta más popular para combatir los dolores musculares. Aunque los analgésicos pueden ser una buena opción después de la vacuna, no son adecuados para todo el mundo. Habla con tu médico antes de la vacuna y sigue sus consejos en cuanto a los medicamentos de venta libre.
Aunque es importante mover los músculos del brazo, también es importante saber cuándo hay que tomárselo con calma No te esfuerces demasiado después de recibir la vacuna. Beba mucho líquido, relájese y concéntrese en un descanso de calidad. Esto no sólo le ayudará con el dolor de brazo, sino también con otros posibles efectos secundarios.
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Cuando tu cuerpo se expone a un germen (como un virus o una bacteria), tu sistema inmunitario aprende a combatir la infección y construye una memoria para poder combatir mejor la infección la próxima vez. Las vacunas funcionan exponiendo el sistema inmunitario a versiones o fragmentos no infecciosos de estos gérmenes, lo que permite al organismo crear esta memoria protectora sin tener que contraer la peligrosa infección.
Las vacunas activan el sistema inmunitario, y esto puede provocar los síntomas que se experimentan cuando se está enfermo, como fiebre, escalofríos, fatiga y dolor, entre otros. Aunque se considera que estos son efectos secundarios de la vacuna, otra forma de pensar en ellos es que son señales de que tu sistema inmunitario está funcionando, ¡y eso es algo bueno!
Local: Algo que ocurre en la zona donde se administró la vacuna (como el brazo). Algunos ejemplos de estos síntomas son el dolor en el brazo, el enrojecimiento, la hinchazón y/o la inflamación de los ganglios linfáticos en el brazo donde se administró la vacuna.
La gente no debe preocuparse por el dolor de la vacuna. Esta sensación de incomodidad en el brazo, junto con todos los demás efectos secundarios sistémicos y locales, son señales de que su sistema inmunitario está funcionando, reaccionando a la vacuna y protegiéndole del virus contra el que acaba de vacunarse. Estos efectos secundarios suelen ser leves y suelen desaparecer en pocos días. Aunque es posible que se produzcan efectos secundarios más graves, son muy raros.
OMS: ¿Cómo poner una inyección segura?
Las vacunas son uno de los motivos más comunes de las inyecciones en los niños. Pero para las personas que temen el dolor de las agujas, la mera mención de una vacuna evoca un inmenso temor y malos recuerdos infantiles de dolorosas inyecciones en la consulta del médico o en el colegio.
De hecho, entre el 20 y el 50% de los niños y entre el 20 y el 30% de los adultos declaran tener un miedo considerable a las agujas. Las personas que tienen miedo a las agujas son menos propensas a vacunarse contra la gripe o a vacunar a sus hijos. También es más probable que eviten la atención médica. Esto significa que, a menos que desarrollemos una vacuna sin agujas, controlar el dolor y el miedo a las agujas es fundamental para el éxito de las vacunas, incluida una eventual vacuna contra el coronavirus.
Pero no hay que temer. Como psicóloga experta en el manejo del dolor, sé que hay una gran cantidad de investigaciones que muestran claramente cómo prevenir el dolor y calmar el miedo a las agujas. Estas cinco estrategias son sencillas, fáciles de poner en práctica y útiles para todas las edades, incluidos los bebés, los niños y los adultos. Estas estrategias, respaldadas por la ciencia, están recomendadas por la Sociedad Canadiense de Pediatría y la Organización Mundial de la Salud, entre otras.
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Si sigue experimentando dolor, puede utilizar una crema anestésica de venta libre que contenga lidocaína, ya sea sola o con la aplicación de hielo. También existe una crema anestésica de prescripción médica llamada Emla que contiene tanto lidocaína como prilocaína.
Es necesario elegir el lugar adecuado para evitar lesiones y asegurar la correcta absorción del medicamento. Elija un lugar que tenga un músculo grande y definible con poca grasa que lo cubra. (Por ejemplo, la parte inferior de las nalgas puede ser demasiado grasa para que la aguja llegue al músculo).
Tensar no facilitará la inyección, así que colóquese de forma que reduzca la tensión de los músculos. Es posible que tengas que tumbarte o inclinarte sobre una mesa, pero un músculo relajado dolerá mucho menos que uno tenso.
Las inyecciones subcutáneas son las que se aplican en el tejido graso que se encuentra entre la piel y el músculo subyacente. Elija un lugar que tenga un poco de grasa extra en lugar de partes extraplanas del cuerpo.
Los mejores lugares de inyección subcutánea son aquellos en los que la piel no es demasiado magra y están bien alejados de las articulaciones, los nervios y los grandes vasos sanguíneos (como la parte externa del brazo, el muslo, el abdomen, la parte superior de la cadera y la parte superior externa de las nalgas).
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