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Rabietas del bebé de 8 meses
Ser padre puede ser una montaña rusa. Tu pequeño crece y se desarrolla a un ritmo increíble. Este rápido crecimiento conlleva cambios en su comportamiento, actitud y temperamento. Con un bebé de 8 meses, es casi seguro que estés presenciando algunos de estos cambios ahora.
En este post, los expertos en bebés de Mustela te explicarán todo lo que necesitas saber sobre la crisis de los ocho meses, por qué cambia el temperamento de tu bebé y qué puedes hacer para ayudarlo a superar esta época turbulenta.
También te daremos mucha otra información útil sobre tu bebé de 8 meses, incluyendo datos sobre su desarrollo, sentidos, habilidades motoras, horario de alimentación, hábitos de sueño y vacunas. Aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre el cuidado de tu bebé de ocho meses.
En las primeras semanas de vida de tu bebé, probablemente parecía que lo único que hacía tu pequeño era dormir y comer. Con el tiempo, creció y se volvió más despierto. Alrededor de los seis meses, tu bebé empezó a retorcerse mucho más, a comer alimentos sólidos y a emitir sonidos que casi parecían palabras.
Sleep lady shuffle
Enamorarse es fácil, pero las relaciones pueden ser difíciles, a pesar de lo que Hollywood intenta vendernos. Como todo lo que merece la pena en la vida, las relaciones requieren trabajo. Algunas parejas superan con éxito las tormentas que inevitablemente surgen, mientras que otras simplemente se alejan.
Cuando se trata de emparejarse, no hay un manual de instrucciones. Recuerda el viejo mantra del patio de recreo: ¿Primero viene el amor, luego el matrimonio, luego tal y tal y el cochecito de bebé? Ojalá fuera así de sencillo. Aunque algunas parejas siguen esta trayectoria tradicional, muchas personas no lo hacen. Cada vez son menos las parejas que se casan, algunas tienen hijos antes de casarse y otras deciden no tenerlos. Cada relación, como cada individuo, es única.
Independientemente del camino que uno elija en sus relaciones románticas -ya sea hacia el altar o a través de los continentes-, las etapas inherentes al amor y al apego siguen siendo esencialmente las mismas. La capacidad de una pareja para superar estas etapas suele ser la clave de la satisfacción de su relación.
La dama del sueño
La frase se utilizó en el título de la obra teatral The Seven Year Itch (La comezón de los siete años), de George Axelrod, y ganó popularidad tras la adaptación cinematográfica de 1955, protagonizada por Marilyn Monroe y Tom Ewell. En su novela de 1913, The Eighth Year, Philip Gibbs atribuye el concepto al juez británico Sir Francis Jeune.
Desde entonces, la frase se ha ampliado para indicar ciclos de insatisfacción no sólo en las relaciones interpersonales, sino en cualquier situación, como el trabajo a tiempo completo o la compra de una casa, en la que suele observarse una disminución de la felicidad y la satisfacción durante largos períodos de tiempo[cita requerida].
La idea de una picazón de siete años pone un tiempo específico en el fenómeno generalmente observado de que los conjuntos de datos de las personas casadas muestran un aumento, y luego una disminución, del riesgo de divorcio con el tiempo. Sin embargo, los resultados estadísticos de estos conjuntos de datos son muy sensibles a los métodos estadísticos utilizados, y tales patrones pueden reflejar sólo el método, en lugar de cualquier realidad subyacente[2].
En las muestras tomadas del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de EE.UU., se demuestra que existe una duración media del matrimonio a lo largo del tiempo. En 1922, la duración media de los matrimonios que acabaron en divorcio fue de 6,6 años[3]. En 1974, la duración media fue de 7,5 años. En 1990, la duración media era de 7,2 años. Aunque estas cifras pueden fluctuar de un año a otro, los promedios se mantienen relativamente cerca de la marca de los siete años[4]. Una investigación de 2012 descubrió que las tasas de divorcio en Estados Unidos alcanzaron su punto máximo después de entre diez y doce años[5].
Regresión del sueño a los 8 meses
Tanto si son alimentados con leche materna como con leche artificial, durante los primeros meses muchos bebés tienen un período de inquietud regular, que suele producirse a última hora de la tarde o por la noche. En algunos casos, los periodos de inquietud son tan regulares que los padres pueden ajustar sus relojes en función de ellos. El periodo de intranquilidad habitual de los bebés suele comenzar a las 2 o 3 semanas, alcanza su punto álgido a las 6 semanas y desaparece a los 3 o 4 meses. Dura una “media” de 2 a 4 horas al día. Por supuesto, hay una gran variedad de normalidades.
Para distinguir entre lo “normal” y un problema, lo normal suele ocurrir en torno a la misma hora del día, con aproximadamente la misma intensidad (con alguna variación); responde a algunas de las mismas cosas cada vez, como el movimiento, el cogerlo en brazos, el amamantamiento frecuente, etc.; y ocurre en un bebé que tiene otros momentos del día en los que está felizmente despierto o dormido. La inquietud normal tiende a producirse en el momento del día en que el bebé suele estar más despierto; el momento más habitual es por la noche, justo antes de la hora en que el bebé duerme más tiempo.
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