Parte del sistema nervioso autónomo

Sistema nervioso autónomo deutsch

Como a muchos estudiantes se les ha hecho creer que el sistema nervioso autónomo es relativamente primitivo, la mayoría ha llegado a la conclusión de que la regulación normal de este sistema se produce a nivel ganglionar o, en el mejor de los casos, espinal. Por lo tanto, a menudo se sorprenden al descubrir que la disfunción del cerebro suele ir acompañada de una disfunción autonómica que puede poner en peligro la vida. Por ejemplo, los pacientes con transección espinal pueden sufrir graves crisis hipertensivas provocadas por una vejiga llena, un colon impactado o incluso por acariciar la piel. Esto no quiere decir que la médula espinal y los ganglios autónomos no desempeñen un papel importante en la regulación autonómica. Pero, que la organización de la salida autonómica tiene lugar a niveles supraespinales.

Se produce una amplia interconexión entre los sitios que reciben entradas viscerales y que controlan las salidas eferentes autonómicas, entre los sitios para el control de la salida del sistema nervioso simpático frente al parasimpático, y entre los sitios para el control autonómico y los circuitos somáticos, endocrinos y límbicos. En conjunto, este conjunto de interconexiones se denomina red autonómica central.

Sistema nervioso periférico

El sistema nervioso autónomo (SNA) es la parte del sistema nervioso cuyas funciones permanecen en gran medida inconscientes. Se trata de la parte del sistema nervioso que controla las funciones de los órganos internos. Son autónomas, es decir, independientes de la influencia voluntaria. Por eso el fisiólogo británico John Newport Langley (1852-1925) acuñó el término sistema nervioso autónomo.

El sistema nervioso autónomo conecta el sistema nervioso central con casi todos los órganos del cuerpo y controla así funciones vitales básicas como la circulación sanguínea, la digestión, la respiración o la regulación de la temperatura. Mientras que el tronco cerebral controla reflejos importantes como la tos, los estornudos, la deglución y los vómitos, el sistema nervioso simpático y parasimpático controla las funciones de los órganos internos. Entre ellas se encuentran el ritmo cardíaco, la digestión, el ritmo respiratorio, la producción de saliva, la sudoración, la amplitud de las pupilas, el vaciado de la vejiga, etc. Las interacciones de los nervios simpáticos y parasimpáticos están bien coordinadas. Mientras que los impulsos del simpático suelen tener un efecto rápido y movilizador, los impulsos parasimpáticos tienen efectos más perjudiciales para muchos órganos.

Sistema nervioso entérico

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Sistema nervioso simpático

El SNC incluye el cerebro y la médula espinal junto con varios centros que integran toda la información sensorial y motora del cuerpo. Estos centros pueden subdividirse a grandes rasgos en centros inferiores, como la médula espinal y el tronco encefálico, que llevan a cabo funciones esenciales de control del cuerpo y de los órganos, y centros superiores dentro del cerebro que controlan un procesamiento de la información más sofisticado, incluidos nuestros pensamientos y percepciones. En una sección posterior se analizarán otras subdivisiones del cerebro.

El sistema nervioso suele dividirse en componentes denominados materia gris y materia blanca. La materia gris, que es gris en el tejido conservado pero rosa o marrón claro en el tejido vivo, contiene una proporción relativamente alta de cuerpos celulares neuronales. Por el contrario, la materia blanca está compuesta principalmente por axones y recibe su nombre por el color del aislamiento graso llamado mielina que recubre muchos axones. La materia blanca incluye todos los nervios del SNP y gran parte del interior del cerebro y la médula espinal. La materia gris se encuentra en los grupos de neuronas del cerebro y la médula espinal y en las capas corticales que recubren sus superficies.