Pasos de la inflamacion

Pasos de la microbiología de la inflamación

La inflamación es una reacción protectora del organismo contra una lesión o infección, en la que la zona afectada se hincha, se calienta, se enrojece y duele. En el pasado, se creía que esta reacción era peligrosa y que los medicamentos antiinflamatorios eran necesarios. Sin embargo, ahora reconocemos que la inflamación es una respuesta protectora y necesaria de nuestro sistema de defensa interno, y sabemos que no siempre es bueno bloquearla. Recientemente, los científicos han descubierto un nuevo componente de la reacción inflamatoria, llamado programa “pro-resolución”, que estimula la curación de heridas y la reparación del tejido u órgano dañado. Al estudiar este programa pro-resolución, los científicos están desarrollando una nueva clase de medicamentos para utilizar cuando sufrimos una inflamación, que hará que nuestro cuerpo se cure más rápidamente. Aunque todavía son experimentales, muchos científicos de todo el mundo creen que se convertirán en los medicamentos del futuro.

La palabra inflamación viene del latín inflammare (que significa “prender fuego”). El escritor romano Aulus Cornelius Celsus, que vivió en el siglo I de nuestra era, fue el primero en describir el proceso llamado inflamación. La inflamación es la reacción del cuerpo contra una lesión o infección [1]. Por ejemplo, durante un dolor de muelas o de garganta, o cuando te golpeas la cabeza con una puerta o te golpeas el dedo meñique del pie, lo que el cuerpo experimenta se llama reacción inflamatoria. La zona afectada se pone roja, se calienta, se hincha y duele. Éstas son las cuatro características principales de la inflamación descritas por Celso hace casi 2.000 años, lo que se conoce como Los Pilares de la Inflamación: rubor (enrojecimiento), calor (calidez) tumor (hinchazón) y dolor (figura 1). El enrojecimiento se produce porque los capilares (pequeños vasos sanguíneos) del tejido afectado se agrandan y aportan más sangre de lo habitual. Este aumento del flujo sanguíneo también es responsable de la sensación de calor. La hinchazón se produce porque los tejidos se llenan de líquido que sale de los vasos sanguíneos dilatados. La sensación de dolor está causada por sustancias químicas que estimulan las terminaciones nerviosas de esa zona.

7

Durante la etapa inflamatoria aguda, hay un enrojecimiento evidente (eritema) e hinchazón debido a los cambios vasculares.    La exudación de células y sustancias químicas provoca hinchazón y dolor.    Puede formarse un hematoma si hay una hemorragia en los tejidos.    En segundo lugar, los irritantes químicos se neutralizan y la zona queda aislada de los tejidos circundantes y la circulación se ve afectada.    Hay una actividad celular fibroblástica temprana. El dolor suele estar presente en reposo en una zona difusa y puede agravarse con la actividad. El espasmo muscular secundario y la guardia normalmente restringen el movimiento pasivo.    Durante la prueba de amplitud de movimiento, el dolor se siente antes de que se alcance la resistencia del tejido.    Las lesiones en estructuras profundas o en zonas poco vascularizadas pueden dar lugar a hinchazón y edema superficiales, pero pueden no ser perceptibles.

La fase subaguda es el comienzo de la curación y la reparación.    Las sustancias químicas nocivas se neutralizan aún más y los nuevos lechos capilares que crecen en las zonas dañadas se apoyan en el crecimiento del tejido conectivo (fibras de colágeno) y juntos forman brotes de granulación.    Los signos visibles de la inflamación empiezan a remitir y la amplitud de movimiento aumenta con el dolor que se siente en el punto de resistencia del tejido.

Inflamación crónica

Este artículo describe los dos tipos de inflamación -aguda y crónica- y detalla los cinco signos fundamentales. También se analizan otros signos y complicaciones de la enfermedad, así como las opciones de tratamiento.

La inflamación es un proceso complejo en el que intervienen diversas proteínas celulares y de señalización que protegen al organismo de infecciones y sustancias extrañas, como bacterias y virus.  La inflamación ayuda al organismo a producir glóbulos blancos, que el cuerpo necesita para combatir las infecciones.

A veces, el sistema inmunitario desencadena una respuesta inflamatoria de forma inadecuada.  Este es el caso de las enfermedades autoinmunes. El cuerpo compensa atacando sus propios tejidos sanos, actuando como si estuvieran infectados o fueran anormales.

Cuando se inicia el proceso de inflamación, las sustancias químicas de los glóbulos blancos se liberan en la sangre y en los tejidos afectados para proteger al organismo.  Estas sustancias químicas aumentan el flujo sanguíneo hacia las zonas del cuerpo infectadas o lesionadas, provocando enrojecimiento y calor.

Las personas con problemas de artritis pueden tener las articulaciones inflamadas que se sienten calientes al tacto.  Sin embargo, la piel que rodea esas articulaciones puede no tener el mismo calor. La inflamación de todo el cuerpo puede causar fiebre como resultado de la respuesta inflamatoria cuando alguien tiene una enfermedad o infección.

Pasos de la respuesta inflamatoria

La inflamación es la respuesta del organismo a una lesión. Las lesiones en los tejidos blandos pueden tener varias causas. Los traumas físicos, como una distensión, un esguince o una contusión, son los más comunes, mientras que las lesiones también pueden producirse por infecciones bacterianas o víricas, calor o lesiones químicas. Los traumatismos provocan un daño directo en las células de la zona inmediata de la lesión, lo que provoca una hemorragia. La hemorragia inicia una cascada de acontecimientos en el proceso inflamatorio que promueve la curación del tejido lesionado. La progresión de la inflamación aguda a la crónica puede ser consecuencia de una lesión persistente o de factores individuales (por ejemplo, diabetes, uso de corticosteroides, trastornos sanguíneos). La forma de tratar una lesión de tejidos blandos suele ser la responsable del resultado de la misma.

La curación de las lesiones agudas comienza con la respuesta inflamatoria vascular aguda. El propósito de los cambios vasculares es aumentar el flujo sanguíneo a la zona local, movilizar y transportar células a la zona para iniciar la curación. Las células dañadas se eliminan y el cuerpo comienza a poner nuevo colágeno en la zona de la lesión. Esta fase se inicia inmediatamente después de la lesión y dura entre 3 y 5 días.