Plan de cuidados de enfermería dolor

Diagnóstico de enfermería

Un plan de cuidados de enfermería proporciona orientación sobre el tipo de cuidados de enfermería que puede necesitar el individuo/familia/comunidad[1] El objetivo principal de un plan de cuidados de enfermería es facilitar unos cuidados estandarizados, basados en la evidencia y holísticos[2] Los planes de cuidados de enfermería se han utilizado durante bastantes años para fines humanos y ahora también se están utilizando en la profesión veterinaria[2] Un plan de cuidados incluye los siguientes componentes: valoración, diagnóstico, resultados esperados, intervenciones, justificación y evaluación[2].

Según la enfermera británica Helen Ballantyne, los planes de cuidados son un aspecto fundamental de la enfermería y están pensados para permitir unos cuidados holísticos estandarizados y basados en la evidencia[2]. Es importante llamar la atención sobre la diferencia entre plan de cuidados y planificación de los mismos[2] La planificación de los cuidados está relacionada con la identificación de los problemas y la búsqueda de soluciones para reducirlos o eliminarlos[1] El plan de cuidados es esencialmente la documentación de este proceso[1] e incluye un conjunto de acciones que la enfermera aplicará para resolver/apoyar los diagnósticos de enfermería identificados por la evaluación de enfermería. Los planes de cuidados permiten registrar las intervenciones y evaluar su eficacia[2] Los planes de cuidados de enfermería proporcionan continuidad de los cuidados, seguridad, calidad de la atención y cumplimiento. Un plan de cuidados de enfermería fomenta la documentación y se utiliza a efectos de reembolso, como en el caso de Medicare y Medicaid.

Enfermera de anemia

Las enfermeras desempeñan un papel esencial en la realización de una evaluación exhaustiva del dolor. Las evaluaciones incluyen hacer preguntas sobre la presencia de dolor, así como observar los indicadores no verbales de dolor, como muecas, gemidos y tocar la zona dolorida. Es especialmente importante observar los indicadores no verbales de dolor en los pacientes que no pueden autodeclarar su dolor, como los bebés, los niños, los pacientes con un trastorno cognitivo, los pacientes al final de la vida, los pacientes que no hablan inglés o los pacientes que tienden a ser estoicos debido a sus creencias culturales. Véase en la Figura 11.14[1] la imagen de un paciente que expresa su dolor de forma no verbal.

Recordemos que el dolor se define como lo que la persona que lo experimenta dice que es. La evaluación subjetiva incluye la formulación de preguntas sobre la calificación de la gravedad, así como la obtención de información exhaustiva mediante los métodos “PQRSTU” u “OLDCARTES” para evaluar una queja principal. Para algunos pacientes que no pueden cuantificar la gravedad de su dolor, una escala visual como la escala FACES es la mejor manera de realizar una evaluación subjetiva de la gravedad del dolor.

Diabetes de Nanda

El delirio es un trastorno cognitivo reversible de rápida aparición. Los factores de riesgo del delirio son la edad avanzada, la gravedad de la enfermedad, el peor estado funcional inicial, las enfermedades comórbidas y la demencia. El delirio tiene consecuencias adversas, como una mayor duración de la estancia y un aumento de la mortalidad. Por lo tanto, es importante que el personal de enfermería identifique a los clientes de riesgo y prevenga y gestione el delirio en el cliente mayor hospitalizado. Una vez identificados los clientes de alto riesgo, se pueden utilizar estrategias de prevención para reducir la incidencia. Algunos ejemplos de estrategias de prevención son el suministro de gafas y audífonos que funcionen y el tratamiento eficaz del dolor. En este artículo se analizan varios instrumentos de evaluación que detectan la presencia de delirio. Con esta información, las enfermeras están mejor equipadas para evaluar las mejores opciones de evaluación para su entorno de trabajo. La detección temprana es crucial para reducir las consecuencias adversas del delirio. Una vez que se detecta la presencia de delirio en un cliente, se puede establecer un plan de tratamiento con intervenciones tanto farmacológicas como no farmacológicas. Además, la identificación y la corrección de las etiologías del delirio pueden acortar su curso.

Perfusión tisular periférica ineficaz

El personal de enfermería desempeña un papel esencial en la realización de una evaluación exhaustiva del dolor. La evaluación incluye la formulación de preguntas sobre la presencia de dolor, así como la observación de indicadores no verbales de dolor, como muecas, gemidos y tocar la zona dolorida. Es especialmente importante observar los indicadores no verbales de dolor en los pacientes que no pueden autodeclarar su dolor, como los bebés, los niños, los pacientes con un trastorno cognitivo, los pacientes al final de la vida, los pacientes que no hablan inglés o los pacientes que tienden a ser estoicos debido a sus creencias culturales. Véase en la Figura 11.14[1] la imagen de un paciente que expresa su dolor de forma no verbal.

Recordemos que el dolor se define como lo que la persona que lo experimenta dice que es. La evaluación subjetiva incluye la formulación de preguntas sobre la calificación de la gravedad, así como la obtención de información exhaustiva mediante los métodos “PQRSTU” u “OLDCARTES” para evaluar una queja principal. Para algunos pacientes que no pueden cuantificar la gravedad de su dolor, una escala visual como la escala FACES es la mejor manera de realizar una evaluación subjetiva de la gravedad del dolor.